Se
asegura que previene la ansiedad, las fobias, los tics y el insomnio por lo que
está recomendado en tratamientos contra la depresión y el estrés.
La
mitad del magnesio de nuestro organismo se encuentra en los huesos, y la otra
mitad está implicada en procesos celulares, realmente importantes. Toma parte
en el mantenimiento de la glucosa y otras partículas nutrientes, para que
posteriormente se pueda aprovechar la energía de éstas.

Tiene
una misión anti-estrés, antitrombótica, antiinflamatoria y cardioprotectora.
Es
tal su importancia que se le considera absolutamente imprescindible para un
correcto funcionamiento del organismo y, de forma muy especial, del corazón,
las arterias, el aparato músculo esquelético y los sistemas nervioso, endocrino
y digestivo.
¿Qué sucede con su carencia?
Este
mineral es esencial para el buen rendimiento de los niños en la escuela, de los
estudiantes en general y de las demás personas en el ámbito laboral y
cotidiano.
Al
parecer la carencia de magnesio afecta principalmente a las personas que sólo
consumen alimentos procesados, es decir, a quienes no ingieren habitualmente
frutas, hortalizas u otros alimentos crudos o que, en general, mantienen una
alimentación pobre.
También es frecuente en alcohólicos y en personas con
cirrosis hepática, diarreas prolongadas, mala absorción intestinal y
enfermedades renales o bien están a tratamiento diurético o han sufrido una
intervención quirúrgica.
Asimismo,
las embarazadas y las personas que realizan grandes esfuerzos físicos, ya sea
por razones deportivas o laborales, también se encuentran expuestas a sufrir
carencias de este mineral.
Su ausencia se refleja por la aparición de variados
síntomas:
- Hipertensión
- Alteraciones gastrointestinales
- Trastornos menstruales
- Debilidad muscular (acompañada de calambres, espasmos, tirones, temblores, entorpecimiento y hormigueo)
- Fatiga, somnolencia, convulsiones, depresión, astenia, pérdida de apetito, náuseas, deterioro de la capacidad intelectual
- Confusión, desorientación, alteraciones de la conducta, etc.)
- Estreñimiento y mayor probabilidad de formar perniciosos depósitos de calcio en riñones, vasos sanguíneos y corazón.
- También aumenta el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares.
Las
necesidades medias diarias de magnesio son de aproximadamente 0’0067 gramos por
kilogramo de peso corporal. Esta cantidad debe ser el aporte mínimo, y a
condición de estar en consonancia con los otros elementos de la llamada tétrada
catiónica (potasio, sodio y calcio).
Además,
debe administrarse en la alimentación; de otro modo no surtiría ningún
beneficio ya que no sería absorbido y se arrastraría junto con las heces.
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