Seguir
un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada no significa tener que
renunciar al dulzor. Al contrario, una carencia de dulzor se traducirá en un
mayor deseo de querer saciarnos con alimentos no saludables.
Por
ello, hay que hacer algunas aclaraciones para que no nos falte el dulce en
nuestras vidas y estar sanos tanto físicamente como emocionalmente.
El sabor dulce no es exclusivo de los
postres:
Lo podemos obtener en todos los platos.
Utilizar cereales integrales cocinados a fuego lento ya que se convertirán en azúcar de alta calidad (glucosa) cuando los mastiquemos.
Las legumbres cocinadas con verduras dulces nos darán todos los nutrientes que necesitamos para un buen funcionamiento global de nuestro organismo.
Tomar carbohidratos simples, vacíos y pobres (como el pan blanco) nos llevará a querer tomar más cantidad de azúcar en menor tiempo del que lo haría un cereal integral.
Una nutrición pobre en proteínas hará que nuestro cuerpo desee más dulce.
Pero
sobretodo ten presente que si necesitas el dulzor a nivel emocional, por muchas
galletas, chocolates y helados que comas, nunca llegarás a sentirte saciado.
Lo
mismo pasa si nos sentimos sin confianza o tristes en la vida. Tendremos que
conectar con nuestro lado emocional para encontrar la solución en el lugar en
el que reside el problema.

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