El pasado miércoles 28 de junio realicé un taller sobre alimentación consciente en Les Corts Natural. Hacía ya un tiempo que tenía muchas ganas de poder hacerla, y fue para mí un auténtico placer. Como algunas de las personas que quisieron asistir no lo pudieran hacer, he decidido compartir el contenido de esa charla y así conseguir una mayor divulgación del estilo y hábitos de vida saludables.
El estilo de vida consciente o
Minfulness ha conseguido que cada vez sea más habitual el aprovechar los apetecibles
meses de verano y tiempo de vacaciones para el cuidado de nuestra salud. Cada
vez son más las personas que han sustituido los atracones, siestas estivales y
salidas nocturnas por actividades deportivas, culturales y comida saludables
para volver completamente renovados y colas las pilas cargadas a la actividad
diaria.
Gabinete de Naturopatía Rosa García siempre
fomentando los buenos hábitos de salud, higiene mental y cuidado personal te
ofrece este mes de Julio un 15% de descuento en tu primera consulta. Contacta con nosotros y haz referencia a este artículo para beneficiarte de ello. Puedes hacerlo aquí.
¿Qué es la alimentación consciente?
Una alimentación consciente es aquélla que nos permite llevar a
término una alimentación sana y sensata, acorde con nosotros mismos y con nuestras
necesidades.
La clave indispensable para una alimentación consciente es utilizar nuestra mente en
todo momento. Ser conscientes de qué alimentos elegimos, de qué maneras los cocinamos, de qué manera los consumimos, dónde lo consumimos, con quién, en qué
estado de animo, etc.
Debemos utilizar como guía a nuestro instinto innato ya que él por sí sólo
ya nos indica qué nos sienta bien y qué no, qué nos aporta energía y bienestar y qué nos lo resta. El instinto individual es la mejor opción a seguir.
Empieza a alimentarte con atención plena |
Estamos sobrealimentados, en muchos sentidos
"No sólo sufrimos un exceso de alimentación a base de comida vacía
de nutrientes si no que también estamos repletos de pensamientos repetitivos
y sobrecargados de actividades" dice la psicóloga Ariana Sabaté, referencia de los aspectos emocionales en el Gabinete de Naturopatía Rosa García.
Y es cierto, yo misma en consulta veo cómo no
vivimos la vida, si no que simplemente pasamos por ella. Cada mañana es como si nos subiéramos a
un tren con las mismas paradas; Trabajo, compras, hijos, gimnasio, estudios... en un bucle sin fin.
Y por supuesto, todo
ello cargado de estrés, responsabilidad, decepciones, frustraciones, miedos,
fobias, ansiedad y ,lamentablemente, pocas satisfacciones y placer.
Durante
el trayecto del día sólo vamos concentrados en nuestros pensamientos, nos
marcamos el hacer un montón de actividades que a lo mejor no son necesarias,
nos cargamos y cargamos a nuestros hijos de actividades que nos van a dejar sin
tiempo para poder disfrutar del viaje que tenemos: El lujo de disfrutar de cada
día.
¿Mente llena o atención plena? |
Vivimos en ansiedad... y comemos de manera ansiosa
Un patrón muy habitual que me encuentro en consulta es el siguiente:
"Cuando llego a casa del trabajo estoy agotado/a, hambriento/a y más de una vez sin ni haberme quitado la chaqueta ya voy directo/a a la
cocina a ver qué puedo picar. Hay días que puedo devorar una caja de galletas, una
bolsa de patatas o una tableta de chocolate y otros voy picando de manera
compulsiva hasta la hora de cenar".
¿Te identificas? |
Cuando animo a esta persona a que al salir de su trabajo, en
lugar de poner la quinta para continuar con sus tareas, se pare, se siente
tranquilamente en un parque, se tome veinte minutos para escuchar, inspirar,
relajar sus músculos, disfrutar de esa soledad consigo misma, alejar de la mente
pensamientos de trabajo, familiares u otras preocupaciones... de repente, terminan esos atracones. Sin evaluar cómo ha ido el día, al llegar a casa, y aunque sienta hambre, ya no tiene ese impulso de saciarse o compensarse con lo que sea y es capaz de ser consciente de qué va a comer o preparar para cenar.
Se ha estudiado que cuando llegamos al final de la jornada cansados, la parte más racional del cerebro es la que menos funciona. En cambio, por las mañanas estamos más
claros, despejados, nos es más fácil discernir entre lo que nos conviene y lo que no y por lo tanto
podemos comer saludablemente, algo que en muchos casos es muy difícil de
conseguir después de las cinco de la tarde. La comida puede reconfortar y
tranquilizar, ya que cambia instantáneamente lo que está sucediendo en nuestro interior
y cambia el foco de nuestra atención.
Desde pequeños nuestro cerebro ha sido programado para a
reconfortar tristezas, miedos e infelicidad con la comida ¿O no intentamos muchas
veces calmar los lloros de un niño con una piruleta o bastoncito de pan?
Según Ariana Sabaté, es más fácil comer inconscientemente y compulsivamente que
enfrentarnos a nuestros pensamientos y emociones. Intentamos compensar ese vacío
de pasar por la vida con alimentos también vacíos y este bucle es el que nos lleva a los problemas de salud y sobrepeso.
Alimentación consciente es saber lo que comes, cuándo, cuánto
y con qué actitud lo comes.
Lo que comemos hoy se convierte en nuestras células de mañana
Es imprescindible saber comer para vivir bien y para evitar una tendencia
hacia la enfermedad.
Una alimentación correcta tendrá una digestión correcta y por
lo tanto, una correcta asimilación de nutrientes y evacuación de desechos. El
confort digestivo es el primer paso hacia la felicidad, no debemos nunca
olvidar que nuestro estómago es nuestro segundo cerebro.
Se trata de ser conscientes de que todo aquello que nos
llevemos a la boca va a iniciar un proceso bioquímico en nuestro interior, Y en este caso, el
orden de los factores sí altera el producto.
Encuentra el equilibrio en tu alimentación |
Un ejemplo que acostumbro a explicar es que nuestro estómago
es como una lavadora: ¿A que siempre tratamos de evitar el mezclar ropa blanca
y de color? pues en nuestra alimentación deberíamos aprender a hacer lo mismo. Nuestro estómago "para
lavar" necesita distintos tipos de ácidos para poder digerir los distintos
grupos de alimentos. No es lo mismo digerir una manzana que una raja de melón, aunque sea fruta.
Personalmente
opino, e insisto, que para conseguir buenas digestiones, y por lo tanto buenas
asimilaciones de nutriente, la importancia radica en cómo combinamos los
alimentos.
Una práctica de Mindfulness para la alimentación consciente
Para este ejercicio, únicamente necesitas una manzana.
Puede servir también cualquier otro alimento que te guste, aunque la propuesta que te hago en este post es la de usar una manzana. El ejercicio es muy simple, nada más hay que comer la fruta. Eso sí, lo harás "a conciencia".
Ponte en un lugar cómodo, en silencio, con tranquilidad. Ten a mano la pieza de fruta. Cierra los ojos y respira profundamente. No intentes forzar la respiración, hazlo con normalidad. Centra tu atención en la entrada y salida de aire. Si algún pensamiento se cruza en tu mente, obsérvalo y vuelve a centrarte en la respiración. No te juzgues ni te preocupes si ves que te despistas. Simplemente, si te descubres pensando en otra cosa, para un momento a observar la idea que ha aparecido en tu mente y vuelve la atención a tu respiración.
Cuando lleves unos minutos así, alcanza la manzana y centra tu atención en su textura. Recorre con tus manos todo su contorno, de un lado a otro. Cuando ya no te queden más rincones por acariciar, acércatela a la nariz y absorbe todo su aroma ¿Huele igual la parte de arriba que la de abajo?. Cuando ya te hayas impregnado de su aroma, pégale un mordisco y centra ahora toda tu atención en las sensaciones que llegan desde tus sentidos. ¿Notas la textura al masticar? ¿El sabor? ¿El aroma? ¿La frescura del fruto? Centra tu conciencia solamente en eso y en nada más, y ¡disfruta de las sensaciones!
Es importante que no intentes rechazar otros pensamientos si es que se presentan en tu conciencia, pues eso solamente provocaría un efecto rebote consiguiendo que acabes reflexionando sobre aquello que no quieres. Simplemente, mantén tu atención en las sensaciones que percibes mientras comes tu manzana, sin preocuparte por nada más. Si un pensamiento cualquiera aparece en tu mente, no intentes rechazarlo. Obsérvalo un breve momento, y vuelve (dirige de nuevo tu atención) a la manzana.
Cuando acabes de comer, o un poco antes si te resulta muy pesado la primera vez, vuelve a centrarte en la respiración durante unos segundos y después abre los ojos despacio. ¡Has terminado!
¡Pruébalo! |
En el próximo artículo detallaré algunos de los aspectos más claves que recomiendo en el Gabinete de Naturoptía Rosa García para el día a día con el objetivo de llevar a cabo una alimentación saludable.
Comentarios
Publicar un comentario