Hace unas semanas inicié una serie de artículos dedicados a la menopausia, una fase vital por la que pasamos el 50% de la población y de la que tan poco se sabe.
En esta ocasión, voy a hablar sobre el principal motivo de consulta de las mujeres que vienen a verme y recibir un asesoramiento de naturopatía: ¿Por qué engordo si como lo mismo de siempre?
Es algo muy común, que alarma e incomoda a muchas mujeres. En este caso, yo siempre digo que no es nada de lo que preocuparse, al contrario, ¡significa que nuestro organismo está siguiendo su proceso natural!
Es normal que nuestro cuerpo experimente cambios físicos |
Es comprensible que dediquemos atención a los cambios corporales, pero nuestra actitud frente a ellos va a ser determinante: Podemos enfurecernos, entristecernos y llegar a odiar a nuestro cuerpo, o bien, podemos aceptar los cambios y desde el amor y el respeto por nosotras mismas cuidarnos para estar de la mejor manera posible.
Es posible que amar a nuestro cuerpo -si hemos llegado al punto de odiarlo- sea complicado de conseguir de golpe, por eso yo siempre hablo de que podemos primero aceptarlo. Incluso así, puede ser difícil para algunas personas, y entonces yo hablo sobre el respeto, de respetar a nuestro cuerpo. Y eso, puede ser más sencillo de lograr.
En mi opinión, la base del respeto es la comprensión y por ello, en este artículo vamos a ver qué le pasa a nuestro cuerpo y por qué está engordando.
Comprende, Respeta, Acepta y Ama a tu cuerpo |
¿Por qué me engordo en la menopausia?
Es una buena pregunta. Se ha demostrado que el 75% de las mujeres, engordan entre 5 y 10 quilos durante la menopausia, perdiendo tono muscular y ganando grasa abdominal. Pero, ¿por qué ocurre esto?
En este sentido, en los asesoramientos que realizo, siempre explico que esta tendencia a ganar peso se explica por dos tipos de factores: Los fisiológicos y los psicológicos.
Factores fisiológicos
Aquí los auténticos protagonistas son los estrógenos. Durante la menopausia de reduce la cantidad de los mismos y puede llevarnos a sufrir determinadas alteraciones en el organismo que nos llevan a: comer más, ingerir más grasas y acumularlas más en zonas localizadas.
Muchas mujeres (entre las cuales me veo reflejada) tienen la sensación de comer igual que siempre, pero esto no suele ser bien bien así... lo que puede ocurrir es que nos pase inadvertido. Debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
- Tener menos estrógenos también reduce los niveles de una proteína llamada leptina: Ésta informa al cerebro de la magnitud de las reservas energéticas de grasa. Es decir, a nuestro cerebro le cuesta más detectar cuándo hemos comido ya suficiente grasa y si nos hace falta o no seguir ingiriendo.
- El cese de la secreción de estrógenos lleva a un desequilibrio hormonal que favorece el depósito graso abdominal.
- Nuestro cuerpo suele tener menos necesidad de aporte calórico (ya que en esta fase se pierde tono muscular, el cual suele interceptar el 70% del aporte calórico). A menos tono muscular, menos calorías necesitamos consumir. Por ello, podemos no darnos cuenta y estar consumiendo más calorías de las que solíamos precisar, transformándose éstas en grasa.
- ¡Ah! Y debemos pensar que nuestro metabolismo se vuelve más lento... así que precisamos menos calorías puesto que tardamos más en consumirlas.
Factures psicológicos
En este punto, voy a hacer mención al primer artículo de esta serie de artículos dedicados a la menopausia. En él, se hablaba del síndrome de fatiga suprarrenal y se hacía mención a posibles episodios de ansiedad y/o depresión que pueden venir asociados a éste. Además, muchas mujeres sienten inseguridad, irritabilidad, tristeza o ansiedad y éstos pueden influir en nuestra manera de alimentarnos. Así pues, el cansancio y algunos síntomas psicológicos pueden alterar nuestra manera de comer, llevándonos a comer de una manera más impulsiva y menos consciente.
Pero no te preocupes, todo tiene solución y se pueden adquirir nuevas pautas de alimentación que ayuden a compensar todos estos cambios. En próximos artículos, hablaré de ello.
El objetivo de este artículo es simple pero tremendamente poderoso: Me gustaría que comprendas a tu cuerpo, entiendas lo que le sucede, lo respetes (¡habla de manera positiva de él!), lo aceptes (¡míralo en un espejo sin juzgarlo!) y sobre todo QUIÉRELO, mímalo, dale masajes, utiliza aceites corporales y aplícalos con amor, muévelo, hazle bailar, hazle caminar por la naturaleza, nadar.... y cuídalo también desde dentro con una buena alimentación.
Ama a tu cuerpo y aliméntalo como él necesita |
Si te has sentido identificada con este artículo y quieres recibir un asesoramiento en naturopatía profesional y especializado en la menopausia, no dudes en ponerte en contacto conmigo, juntas lograremos que la menopausia sea una revolución muy positiva para ti.
Comparte este artículo con aquellas mujeres que creas que pueden sentirse identificadas, construyamos juntas una red de empoderamiento y hagamos que la menopausia sea una fase (positivamente) revolucionaria.
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