digestivo y de las vías respiratorias en donde
acepto tomar todo lo que es necesario a mi existencia física (agua, alimento,
aire,).
Emocional
y sensorial (excitación, deseos, gustos, apetitos, necesidades, etc.).
Así
las dolencias de la boca son indicación de que hago muestra de cierta
estrechez mental, que tengo ideas y opiniones rígidas y que tengo dificultad en
tomar y tragar lo que es nuevo (pensamientos, ideas, sentimientos,
emociones).
Hay
una situación que no puedo “tragar”: generalmente son palabras oídas que me
molestaron o hirieron o palabras que me hubiese gustado oír y que no fueron
dichas. Por lo tanto quiero replicar o responder y no lo hago porque me siento
incómodo en la situación o sencillamente porque la ocasión no se presenta. Me
quedo por lo tanto, “cogido” con lo que tengo que decir. Mi cuerpo me manda el
mensaje que quizás manifiesto ideas malsanas por mediación de mi boca, que debo cambiar de actitud con
relación a mí - mismo y a los demás.
El
ejemplo tipo es la úlcera bucal (herpes) que se manifiesta
habitualmente después de un estrés o de un traumatismo durante o después de un
período nervioso intenso o de una enfermedad. Me revela el modo más triste e
irritable en que me tomo la realidad cotidiana. Es posible que me sienta “cogido”,
que me sienta “encerrado” en la situación (taponado), que rumie una
situación desagradable desde mucho tiempo o que tenga verdaderamente necesidad
de recuperar mi total libertad diciendo lo que he de decir, incluso si esto
corre el riesgo de disgustarme.
También
puedo “tener hambre” de amor, afecto, conocimiento, espiritualidad, libertad,
etc. Si tengo la sensación que lo que necesito no es accesible o es poco
realista, mi boca hambrienta reaccionará a la sensación de carencia que siento.
Tomo
mi lugar quedándome abierto y flexible a lo que empieza para mí, a lo que es nuevo,
mientras sea en armonía.
BOCA – AFTA.
El
afta es una lesión superficial
en la mucosa bucal caracterizada por una pequeña protuberancia blanca.
Aparece
porque reacciono fácilmente (sensibilidad) a mi entorno, a las “vibraciones”,
al ambiente de una situación. Sufro silenciosamente con la boca cerrada.
Es
también el signo de que tengo dificultades en coger raíz y que no Consigo expresarme,
decir lo que pienso o incluso en reaccionar porque no creo tener el poder de
hacerlo.. Puedo, cuando era joven, haberme encontrado en una situación en que
me hallé incómodo frente a una situación que llegó a mi conocimiento en la cual
estuve incapaz de reaccionar o de afirmarme. Si vuelvo a vivir una situación
similar hoy que me recuerdo, incluso inconscientemente, esta experiencia, aparecen
aftas. Mis palabras son inútiles
e incompletas porque soy demasiado nervioso. Me quedo mudo, sin siquiera pensar
en rebelarme! Si vivo una injusticia, asco o insatisfacción ocultada (en la
boca) si tengo ganas de “vaciar mi corazón”, puedo hacerlo manteniéndome
abierto y en armonía conmigo – mismo. Sin embargo, estas protuberancias blancas
son muy dolorosas, tan pronto como abro la boca para expresarme, las siento y
esto me duele. Si quiero evitar verlas venir de un modo más grave, empiezo a
expresarme abiertamente y cabalmente ya desde ahora.
EL GRAN DICCIONARIO DE
LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES
JACQUES MARTEL
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