El Própolis o Propóleo es una sustancia que las
abejas obtienen de los árboles y que al llegar a la colmena, lo transforman en
un producto que usan para sellar, reparar y proteger la colmena de agentes
infecciosos.
Es utilizado en medicina desde los antiguos
egipcios que lo utilizaban para embalsamar momias o los antiguos griegos que lo
utilizaban como desinfectante de heridas y antibiótico para abscesos en la
piel.

En concreto, destaca que “este producto elaborado
por las abejas, contiene hasta 300 componentes naturales y muestra una gran
variedad de propiedades biológicas y farmacológicas como antimicrobiano, antioxidante,
antiinflamatorio, inmunomodulador, antitumoral, anticanceroso, antiulceroso,
hepatoprotector, cardioprotector y neuroprotector”.
El própolis se emplea, además, para cuidar las
cuerdas vocales, ya que protege esta parte de la garganta de infecciones y de
los daños ocasionados por el frío.
El empleo del Propóleo tiene muchos beneficios
sobre diferentes partes de nuestro organismo, principalmente:
* Aparato digestivo: nos
ayudará a regular el apetito, regenerar las úlceras y, además, es un buen
protector hepático.
* Vías respiratorias: Al ser un
antibiótico natural, ayuda a prevenir y recuperarse de las enfermedades
respiratorias.
* Aparato circulatorio: Es
vasodilatador e hipotensor, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la
oxidación del colesterol y ayuda a normalizar la presión arterial.
* Propiedades dermatológicas: Es un
cicatrizante, desinfectante, antiinflamatorio natural, y se emplea para
problemas en la piel y como fungicida.
* Propiedades odontológicas: Ayuda a
mantener la salud de la boca, estimula la generación de esmalte dental, impide
la formación de caries y placa bacteriana, y favorece la curación de las aftas
bucales.
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