El Própolis o Propóleo es una sustancia que las
abejas obtienen de los árboles y que al llegar a la colmena, lo transforman en
un producto que usan para sellar, reparar y proteger la colmena de agentes
infecciosos.
Es utilizado en medicina desde los antiguos
egipcios que lo utilizaban para embalsamar momias o los antiguos griegos que lo
utilizaban como desinfectante de heridas y antibiótico para abscesos en la
piel.
Un estudio realizado en la Universidad de Ohio
(EE UU) confirma entre otros efectos beneficiosos del própolis sus propiedades
antioxidantes.
En concreto, destaca que “este producto elaborado
por las abejas, contiene hasta 300 componentes naturales y muestra una gran
variedad de propiedades biológicas y farmacológicas como antimicrobiano, antioxidante,
antiinflamatorio, inmunomodulador, antitumoral, anticanceroso, antiulceroso,
hepatoprotector, cardioprotector y neuroprotector”.
El própolis se emplea, además, para cuidar las
cuerdas vocales, ya que protege esta parte de la garganta de infecciones y de
los daños ocasionados por el frío.
El empleo del Propóleo tiene muchos beneficios
sobre diferentes partes de nuestro organismo, principalmente:
* Aparato digestivo: nos
ayudará a regular el apetito, regenerar las úlceras y, además, es un buen
protector hepático.
* Vías respiratorias: Al ser un
antibiótico natural, ayuda a prevenir y recuperarse de las enfermedades
respiratorias.
* Aparato circulatorio: Es
vasodilatador e hipotensor, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la
oxidación del colesterol y ayuda a normalizar la presión arterial.
* Propiedades dermatológicas: Es un
cicatrizante, desinfectante, antiinflamatorio natural, y se emplea para
problemas en la piel y como fungicida.
* Propiedades odontológicas: Ayuda a
mantener la salud de la boca, estimula la generación de esmalte dental, impide
la formación de caries y placa bacteriana, y favorece la curación de las aftas
bucales.
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