
Si se consume ya sea para beber o cocinar es imprescindible emplear un filtro o inmantarla, aunque insisto lo mejor es no consumirla y beber siempre agua mineral.

Por el contrario si la alimentación habitual de la persona incluye; carne, azúcar, alimentos salados o concentrados, etc.... conviene beber bastante agua para en la medida de lo posible ayudar al cuerpo a que se limpie de tanta toxina.
Una manera de saber si estamos mal hidratados y necesitamos mayor aporte agua es observando si nuestra lengua se pega al paladar, ya que no siempre es valido el criterio de si tenemos o no tenemos sed, puesto que no siempre la sensación de sed es paralela a la necesidad de agua, por ejemplo.. cuando tenemos frió seguramente no nos apetecerá beber agua, así mismo un exceso de humedad en los órganos internos pueden aminorar el deseo de beber, suele suceder cuando se sufre obesidad, reumatismo o enfermedades digestivas, intestinales, respiratorias o alérgicas.
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