Comer verduras
es bueno para la salud por muchas razones, y sobre todo, debido a los
antioxidantes, que son unas sustancias que producen para protegerse de las
moléculas agresivas del entorno, los radicales libres.
Al comer
verduras nos estamos beneficiando del efecto protector de los antioxidantes
contra los radicales libres producidos por nuestro propio cuerpo o procedentes
del entorno (contaminación, humo de cigarrillos, toxinas de los alimentos…).
Un exceso de radicales libres en el cuerpo o una falta de antioxidantes naturales favorece la destrucción celular y, por tanto, el envejecimiento y la aparición de enfermedades.
Un exceso de radicales libres en el cuerpo o una falta de antioxidantes naturales favorece la destrucción celular y, por tanto, el envejecimiento y la aparición de enfermedades.
Los radicales libres pueden producir la muerte de las
células del cerebro, las neuronas, provocando enfermedades neurodegenerativas
(enfermedades ligadas a la destrucción de las células nerviosas) como por
ejemplo;
El Parkinson, que provoca temblores, ya que el cerebro
no es capaz de controlar bien las extremidades.
Cuantos más mayores nos hacemos, más intensa se vuelve la acción de los radicales libres, haciendo aún más necesario el consumo de antioxidantes en nuestra alimentación.
En cualquier caso, la cuestión es saber de qué forma se deben consumir las verduras para obtener un aporte mayor de antioxidantes.
Como puedes imaginar, contienen su nivel máximo de antioxidantes en el momento en el que están maduras y se recolectan. Pero muy pocos tenemos la oportunidad de alimentarnos directamente de un huerto en todas las estaciones del año. Y de todas maneras, muchas verduras no pueden tomarse crudas (berenjenas, judías verdes, coles de Bruselas…).
Cuantos más mayores nos hacemos, más intensa se vuelve la acción de los radicales libres, haciendo aún más necesario el consumo de antioxidantes en nuestra alimentación.
En cualquier caso, la cuestión es saber de qué forma se deben consumir las verduras para obtener un aporte mayor de antioxidantes.
Como puedes imaginar, contienen su nivel máximo de antioxidantes en el momento en el que están maduras y se recolectan. Pero muy pocos tenemos la oportunidad de alimentarnos directamente de un huerto en todas las estaciones del año. Y de todas maneras, muchas verduras no pueden tomarse crudas (berenjenas, judías verdes, coles de Bruselas…).
Por ello también es importante tener en cuenta el
efecto de la cocción sobre los antioxidantes.
La siguiente información procede de un gran estudio publicado en 2009 en la revista “Food Research Internacional”, en el que tres investigadoras españolas de la Universidad de Murcia examinaron 24 verduras de consumo habitual según los procesos que seguían en la vida real del consumidor: frescas y conservadas en la nevera a 4ºC; congeladas a -20ºC, y, por último, guardadas en botes de conserva durante un periodo de 18 meses.
Las verduras objeto del estudio son las que se suelen encontrar en el supermercado, como alcachofas, espárragos, alubias, remolacha, brócoli, coles de Bruselas, zanahorias, coliflor, apio, pepinos, berenjenas, escarola, ajo, judías verdes, puerro, lechuga, maíz, cebollas, guisantes, rábano, espinacas, acelgas, calabacín y pimiento (sin precisar el color).
La siguiente información procede de un gran estudio publicado en 2009 en la revista “Food Research Internacional”, en el que tres investigadoras españolas de la Universidad de Murcia examinaron 24 verduras de consumo habitual según los procesos que seguían en la vida real del consumidor: frescas y conservadas en la nevera a 4ºC; congeladas a -20ºC, y, por último, guardadas en botes de conserva durante un periodo de 18 meses.
Las verduras objeto del estudio son las que se suelen encontrar en el supermercado, como alcachofas, espárragos, alubias, remolacha, brócoli, coles de Bruselas, zanahorias, coliflor, apio, pepinos, berenjenas, escarola, ajo, judías verdes, puerro, lechuga, maíz, cebollas, guisantes, rábano, espinacas, acelgas, calabacín y pimiento (sin precisar el color).
Se echa de menos en el estudio a un gran ausente: el
tomate.
Nota para eruditos: aunque en Botánica las verduras y las hortalizas son dos grupos distintos, en Alimentación todo se considera verduras, por lo que así aparecen nombradas en el estudio.
Nota para eruditos: aunque en Botánica las verduras y las hortalizas son dos grupos distintos, en Alimentación todo se considera verduras, por lo que así aparecen nombradas en el estudio.
Frescas, la mejor
opción
Cuando están frescas, todas
las verduras tienen muy buenos antioxidantes. No obstante, se pueden distinguir
tres grupos:
En primer lugar, las que tienen un gran poder de inhibición de los radicales libres, superior al 75%. Son la remolacha, las espinacas, las acelgas, las alubias y las alcachofas, o dicho de otra manera, las de color oscuro, que lo son debido a las partículas de color que contienen, que por lo general son antioxidantes.
A continuación se encuentra el grueso del grupo, con un poder de inhibición de los radicales libres comprendido entre el 50 y el 75%. Se trata del ajo, la escarola, las coles de Bruselas, los guisantes, el maíz, el brócoli, el calabacín, la berenjena, las zanahorias, las cebollas, los espárragos, la lechuga, el apio, los pepinos, las judías verdes y el rábano.
Por último, el tercer grupo tiene un poder antioxidante más débil, comprendido entre el 25 y el 50%. Se trata de la coliflor, el puerro y el pimiento.
Pero el fin de este estudio consistía en comparar lo que ocurre una vez que las hemos comprado y las guardamos en casa.
En primer lugar, las que tienen un gran poder de inhibición de los radicales libres, superior al 75%. Son la remolacha, las espinacas, las acelgas, las alubias y las alcachofas, o dicho de otra manera, las de color oscuro, que lo son debido a las partículas de color que contienen, que por lo general son antioxidantes.
A continuación se encuentra el grueso del grupo, con un poder de inhibición de los radicales libres comprendido entre el 50 y el 75%. Se trata del ajo, la escarola, las coles de Bruselas, los guisantes, el maíz, el brócoli, el calabacín, la berenjena, las zanahorias, las cebollas, los espárragos, la lechuga, el apio, los pepinos, las judías verdes y el rábano.
Por último, el tercer grupo tiene un poder antioxidante más débil, comprendido entre el 25 y el 50%. Se trata de la coliflor, el puerro y el pimiento.
Pero el fin de este estudio consistía en comparar lo que ocurre una vez que las hemos comprado y las guardamos en casa.
A algunas
verduras no les afecta el modo de conservación
El primer descubrimiento, asombroso, es que a algunas
verduras no les afecta la forma de conservación.
Por eso, aunque las guarde en la nevera, o congeladas o las consuma en conserva, siempre van a tener el mismo poder antioxidante.
Por eso, aunque las guarde en la nevera, o congeladas o las consuma en conserva, siempre van a tener el mismo poder antioxidante.
Se trata de las alcachofas, los pepinos, la escarola,
las berenjenas, las cebollas, los calabacines, el rábano, los pimientos y, curiosamente,
la lechuga, la cual todavía no he visto ni en bote de conserva ni congelada.
¿Qué ocurre en
la nevera?
Esta
forma de conservación es eficaz, pero únicamente para un día, ya que las
verduras sólo pierden de esta manera entre un 0,3 y un 0,8% de su capacidad
antioxidante, a excepción -y es un dato importante- de los pepinos y los
calabacines, que pierden entre el 24 y el 34% de su capacidad antioxidante
desde el primer día.
Después de 7 días en la nevera, algunas verduras como el brócoli, las coles de Bruselas y los puerros han perdido entre el 30 y el 40% de su acción antioxidante.
Después de 7 días en la nevera, algunas verduras como el brócoli, las coles de Bruselas y los puerros han perdido entre el 30 y el 40% de su acción antioxidante.
Las verduras
congeladas

Después de 8 meses congelados, los espárragos han perdido el 40% de su actividad antioxidante, el brócoli el 48%, las coles de Bruselas el 31%, las espinacas el 21% y el ajo el 19%.
Queda demostrado entonces que congelar no resulta tan bueno para salvaguardar las propiedades nutritivas de las verduras como se pensaba desde hace tiempo. Y que incluso estando en el congelador es importante no tardar en consumirlas.
Las conservas
Aunque los fabricantes añadan a
menudo antioxidantes como la vitamina C (ácido ascórbico) y el ácido cítrico
para mejorar su conservación, algunas verduras, como el apio, pierden hasta el
100% de su capacidad antioxidante cuando se guardan en conserva. La remolacha
pierde el 64%, los guisantes el 46%, las espinacas el 32%, las acelgas y las
alubias el 29%, los espárragos el 25% y las judías verdes el 13%. El ajo pierde
el 60%.
Por consiguiente, en conserva es la peor forma de consumir verduras (al menos en cuanto a lo que se refiere a sus propiedades antioxidantes). Y da lo mismo que estén en conserva 1 día que 18 meses, porque todo el poder antioxidante que tenían que perder lo pierden desde el primer momento…
Por consiguiente, en conserva es la peor forma de consumir verduras (al menos en cuanto a lo que se refiere a sus propiedades antioxidantes). Y da lo mismo que estén en conserva 1 día que 18 meses, porque todo el poder antioxidante que tenían que perder lo pierden desde el primer momento…
Fuentes
(1) “Vegetables antioxydant losses during industrial processing and refrigerated storage” (Pérdida de antioxidantes en las verduras durante el proceso industrial y el refrigerado). Antonia Murcia, Antonia Ma Jiménez, Magdalena Martínez-Tomé “Food Research Internacional” Volumen 42, Número 8, octubre 2009, págs.1046-105
(1) “Vegetables antioxydant losses during industrial processing and refrigerated storage” (Pérdida de antioxidantes en las verduras durante el proceso industrial y el refrigerado). Antonia Murcia, Antonia Ma Jiménez, Magdalena Martínez-Tomé “Food Research Internacional” Volumen 42, Número 8, octubre 2009, págs.1046-105
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