Alimentar el deseo erótico

Una de las áreas vitales más sensibles y que se ve más alterada ante cualquier factor estresante es la sexualidad. Nuestro día a día, un problema laboral, alteraciones en la salud, preocupaciones o una mala alimentación pueden variar nuestro deseo sexual. En el Gabinete de Naturopatía Rosa García siempre hemos estado a favor de una sexualidad natural (para más información mira este enlace). Por ello, y como pensamos que la parte sexual es muy importante (tengamos pareja o no) voy a dedicar este artículo para explicar cómo alimentar el deseo erótico. 

Primero de todo, es necesario tener en cuenta que en el deseo erótico influyen muchas variables que hacen que éste pueda verse alterado (aumentado o inhibido) en relación a lo que estamos acostumbrados. Como he comentado anteriormente, el estrés, el trabajo, la familia, la rutina, el cansancio o la ingesta de ciertos medicamentos son algunos de los factores que pueden variar el deseo erótico. 

El deseo sexual es volátil

El deseo sexual no es algo que se mantenga siempre constante en tiempo sino más bien todo lo contrario; el deseo es extremadamente sensible a cualquier cambio. Además, cabe tener en cuenta que cuando falta deseo, muchas veces trae problemas de pareja, discusiones o momentos incómodos, que no hacen más que reducir el deseo sexual. Habitualmente, estas dificultades en torno al deseo han estado más asociadas a las mujeres pero actualmente, muchos hombres también acuden a consulta con la demanda de aumentar su deseo.

¡A revolver las sábanas!

De todo lo hablado anteriormente me gustaría que quedara muy clara una idea: El deseo sexual es muy voluble, no se mantiene constante. ¿Por qué es importante que quede claro? Muy sencillo, porque teniendo en cuenta que el deseo no es constante, podremos comprender que la falta de deseo no es ningún problema ni ningún trastorno sexual. Es sólo una fase, que durará días, semanas o meses. Pero no es para siempre. 

En muchas ocasiones, el deseo se puede ver afectado debido a una rutina o a estar viviendo momentos que ya no despiertan como antes nuestras ganas de mantener encuentros sexuales. Hacer cosas en pareja, tener momentos e intimidad y no forzar los coitos, son algunas de las cosas que podemos hacer. 

Simplemente es necesario disfrutar de todo nuestro cuerpo, de los besos y las caricias a los que en muchas ocasiones no prestamos atención.

Por último, es muy necesario entender que cuando hay una falta de deseo erótico lo que debemos preguntarnos es qué es eso que no nos apetece o no nos motiva hacer. Ya que en muchas demandas, tanto de hombres como de mujeres, el problema está en que el repertorio de conductas sexuales  y los objetivos de las mismas no son lo más atractivo y está, casi siempre, demasiado centrado en el coito, llevando por tanto un "guión"establecido. 

Desde el Gabinete de Naturopatía Rosa García os animamos a improvisar. Por tanto, a aumentar los juegos en pareja, a disfrutar de todo nuestro cuerpo (en pareja y a solas), a desgenitalizar los encuentros e incluso a disfrutar del coito sin que tengamos en mente que hay que llegar al orgasmo, porque cuando se aprende a que lo importante es disfrutar del camino... se llega al "destino" sin darse uno cuenta (y además, es mucho más placentero). 

Y para dar un poco de diversión al encuentro, ¡os dejo 3 juegos sexuales la mar de divertidos!

-Vendar los ojos: Quitar el sentido de la vista es un juego divertido y curioso, permite sentir mayor conexión con la pareja y que la intimidad sea más placentera. 

-Utilizar aceites de masaje: Solamente tocar el cuerpo, no vale hacer nada más. Por un día (o más) jugad a tocaros, a acercaros a aquellas zonas erógenas que producen más placer pero no hagáis nada más. Solamente tocaros. Sin masturbación, sin sexo oral, sin penetración. Solamente tocar el uno al otro (por turnos) y con el aceite de masaje que facilite ese tacto. 

-Contar una fantasía sexual al oído: Mejor con todo lujo de detalles. Dicen que uno de los mejores puntos erógenos de la mujer es la oreja (y no solamente para que la muerdan), sino para que le cuenten historias tórridas al oído... ¿A un hombre también le pueden gustar estos juegos sexuales? Yo creo que sí...

¡Dale juego a tu sexualidad! 

¡Y que el sexo vuelva a ser apetecible!